jueves, 7 de mayo de 2009

¿EXISTE UNA SALIDA PARA EL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA?

En los últimos años, el gobierno colombiano ha venido luchando contra el conflicto armado de una manera no tan prospera, sin bien es cierto que se han buscado diálogos con los grupos insurgentes y que se han aplicado miles de estrategias para darle una salida definitiva al conflicto, no ha sido suficiente, ni mucho menos radical para el cambio que necesitamos en nuestro país.

Actualmente en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, se centra una estrategia con algo muy concreto llamado “seguridad democrática” nuestro presidente reelecto no ha hecho mas que priorizar la confrontación armada, abriendo las puertas cada vez mas a los gringos para que hagan parte de decisiones que deberían competerle solo a Colombia, y esto si que hace mas difícil priorizar los problemas del país que muchos de ellos son causa del conflicto que hoy se vive y que hace cuatro décadas se ha venido luchando.

Si se asume que la derrota militar de las fuerzas enfrentadas resulta imposible de lograr, se llega aparentemente a una circunstancia de equilibrio que favorecería una salida negociada. Esta idea, que hace depender la suerte de la negociación del conflicto de la inderogabilidad del enemigo, conlleva la dificultad de que no excluye la pretensión de obtener una posición de fuerza prevalente sobre el mismo, para obligarlo a aceptar condiciones desfavorables; en otras palabras, si bien puede generarse la conciencia de que la vía militar no es la solución, no deja de resultar un instrumento de disuasión y mejoramiento de status en la salida negociada. Al parecer, en la actual etapa del conflicto nos encontramos en este forcejeo, lo cual, desafortunadamente, puede prolongarse, con altos costos en cuanto a dolor, sangre y atraso económico y social; pero las cosas resultan más complejas cuando advertimos que, por la dinámica de la guerra y la vinculación del grueso de sus actores irregulares con la economía ilegal, se puede sobreponer al objetivo estratégico de una solución aceptable, en términos militares, sociales, políticos y económicos, el objetivo coyuntural de la supervivencia del lucro económico derivado de sus actividades ilícitas, con base en ciertos poderes locales. Además, la incidencia del narcotráfico en la confrontación bélica, así como el pretexto de salvaguardar la seguridad del hemisferio, coloca al país en una posición de reducida autoderminación en la resolución del conflicto. La política internacional de Estados Unidos, la mayor potencia militar y económica del mundo desde que acabó la Guerra Fría, no cobra justificación en la lucha anticomunista, sino en el combate contra las drogas y, prioritariamente, a partir de los episodios del 11 de septiembre, en la lucha contra el terrorismo. (1)

Hace pocos meses, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (PNUD) se hizo a la tarea de abordar las múltiples facetas de la guerra entrevistando a cientos de personas, líderes, académicos y movimientos en 220 municipios del país. Su Informe Nacional de Desarrollo Humano abordó por completo el conflicto armado, bajo la premisa de que la violencia es un obstáculo para la ampliación de las oportunidades legítimas para la gente. La conclusión principal es que el conflicto colombiano es una guerra de perdedores: "Las FARC y el ELN en cuatro décadas de lucha armada están aún lejos de llegar al poder. Los paramilitares en 20 años de barbarie no han logrado acabar con la guerrilla. El Estado no ha sido capaz de derrotar a los insurgentes, ni de contener el paramilitarismo, ni de remover las causas del conflicto". Según Mauricio Uribe, investigador asociado del informe, "uno no podría entender la lógica del conflicto si no tiene en cuenta la historia. La guerrilla es una suerte de monstruo de ocho caras que explica la complejidad del conflicto colombiano y que hace que cualquier afirmación breve y simplista sobre la dinámica del conflicto sea falsa". (2)


El presidente Álvaro Uribe, en muchas ocasiones a puesto en duda la existencia del conflicto armado ya que con sus propias palabras a dicho que en realidad en el país no existe tal conflicto si no una guerra contra el terrorismo y el narcotráfico, si esto fuera así entonces nos preguntaríamos ¿por que existe un comisionado de paz?, o ¿por que hablamos de un si o un no sobre la beligerancia de la guerrilla? Muchas interrogantes y contradicciones atacan al país, sabiendo que en realidad, la única búsqueda tal vez no ajena a todos y no contradictoria ha sido la búsqueda de la paz, del no mas violencia, de parar de una vez y por todas una guerra, que al parecer cada cual la maneja a su conveniencia, el gobierno por su lado, buscando que los países lo auxilien y buscar provecho con las millonarias sumas de dinero que se le invierte al conflicto de Colombia “ pero para Uribe hay si existe un conflicto”, por otro lado los mismos grupos insurgentes queriendo merecer la corona del miedo y el terror, queriendo vencer por medio de muertes, desplazamientos forzados y así mismo proclamarse “EJERCITO DEL PUEBLO”.

Un análisis hace pensar que las negociaciones con la insurgencia puedan tener alternativa, si se ponen en práctica algunas lecciones que nos dejan los procesos anteriores en el caso colombiano

Una de ellas es tener en cuenta que la paz es un asunto político, que no se puede reducir a lo militar. Por lo político se entiende la capacidad de una sociedad para lograr consensos que permitan llegar a metas comunes, socialmente benéficas que se expresan en un modelo de sociedad y respondan positivamente a las principales problemas que afectan a un país. Por lo tanto, no basta una paz elitista, negociada entre el gobierno y la guerrilla pero que es incapaz de integrar en el proceso a todo movimiento social que apunta a construir una sociedad sin exclusiones. Solo se podrá avanzar en la construcción de la paz en nuestro país si se cuenta con un amplio respaldo popular que avale la reforma necesaria

Pero personalmente creemos que mientras las causas que emiten y alimentan el conflicto sigan y no se busca la manera de encontrarle un contrapeso a esto será muy difícil de encontrar una salida al conflicto en el país , mientras que haya pobreza, hambre, falta de educación, de oportunidades para sobrevivir dignamente, será algo absurdo querer buscar la paz por medio de combates y de matanzas, cuando el origen de esta guerra sigue acrecentándose mas en el país

No es fácil decir si algún día podríamos llegar o no a una salida hacia el conflicto, pero lo que si es cierto es que en estos momentos estamos lejos de llegar a ella, La estrategia gubernamental colombiana de desmovilización paramilitar y la legislación para su consolidación (Ley de Justicia y Paz), ha abierto la puerta al reciclaje de los miembros de grupos paramilitares y ha fallado en la desarticulación total de estos grupos. Además, ha garantizado la impunidad de graves violaciones de derechos humanos, incluyendo el reclutamiento de personas menores de 18 años. La política de seguridad democrática del Estado colombiano no ha generado avances sustanciales y por el contrario ha tenido un fuerte impacto negativo en las comunidades ubicadas en zonas estratégicas para los grupos armados. (3)

Estas y otras razones seguirán acrecentando el abismo entre una salida a lo que hoy llamamos conflicto interno colombiano, y de seguir encaminados a la triste realidad que vivimos en nuestro país y que sin duda alguno faltara mucho para que nosotros los colombianos realmente participemos de un Colombia nueva y de ponernos a la vanguardia sin resignarnos a perder la batalla.

(1)http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/derecho/19/7_El%20conflicto%20armado%20en%20Colombia.pdf

(2) Conflicto colombiano: ¿hay una salida? Sacado el 28/05/09 de

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_3753000/3753521.stm

(3) Informe conflicto armado en Colombia: Fronteras - la infancia en el límite tomado el 28/05/09 de http://www.reliefweb.int/rw/rwb.nsf/db900sid/EGUA-73QKQS?OpenDocument

BIBLIOGRAFÍA:

http://alainet.org/active/3952&lang=es

http://www.derechos.org/nizkor/colombia/ya/confarm1.htm



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